La semana pasada nos reunimos el grupo de amigas para comer en un sitio especial.
En otras ocasiones hemos ido a cualquier sitio, bueno cualquier no, a algún sitio sin determinación especial; pero esta vez nos apetecía ir a uno que fuera diferente, y después de buscar sitios apropiados que reuniesen las condiciones que queríamos, nuestra Ana en colaboración con María Angustias buscaron el Mirador de Morayma.
El sitio si no lo conocéis es un lugar privilegiado, primero por el lugar donde está y segundo por la calidez de los mini salones que tiene y que se prestan a poder hablar sin tener que levantar mucho la voz.
Fue una comida como me gusta a mi, pausada, comunicativa, entrañable..., que se yo, diría tantos calificativos positivos como se me ocurriesen y todos serían apropiados. La comida estuvo muy bien, todo estaba muy rico, y bien cocinado. La camarera que nos atendió se prestó a resolvernos las dudas que se nos presentaron y nos aconsejó estupendamente.
No faltó nada, allí pudimos bromear con las anécdotas de la blusa de María Angustias y también con la de María José, y como siempre que nos juntamos nos lo pasamos bien.
Este ha sido el preludio de la Navidad, que para todas nosotras encierra un tiempo de mucho trabajar con las cenas y comidas familiares.
Después nos fuimos a la tetería que estamos acostumbradas a visitar después de una comida de chicas y acabamos disfrutando de ver el alumbrado navideño del centro de Granada.
Quiero recordar este día, porque para mi fue una brisa de aire fresco, debemos de repetir estos momentos, porque en ellos no estamos sometidas a prisas, ni agobios.
Desde aquí quiero desearos todo lo mejor para vosotros y vuestra familia, que todo lo que deseis con fuerza y sinceridad se os cumpla y sobre todo que la salud sea el principal regalo de la vida que os traiga esta Navidad.
Un beso a mis amigas por "implicarme una vez mas" en estos eventos, un agradecimiento sincero a mi querida Ana por su regalo tan especial, un beso muy grande a María Angustias por alegrarme tanto en algunos momentos, una disculpa a María José por haberla tenido un poco olvidada , un abrazo muy fuerte a mi querida Carmen por ser tan positiva como es y un cariño muy grande a mi querida Mary porque es una mujer sin comparación.
Os quiero chicas.
María Jesús